Fuente: Google Imágenes
Año 1941, un hito en la Historia cinematográfica, el actor y director Orson Welles estrena la que quizá sea la mejor película de todos los tiempos: Ciudadano Kane. Éxitosa entre la crítica, fracasada en la taquilla de aquellos años y abalada en la actualidad, trajo el único Oscar profesional que ganaría Welles en toda su carrera. Pero su inclusión en esta lista es su relación con el mundo del emprendimiento.
Os pongo en situación: la cinta narra la vida de Charles Foster Kane, un auténtico hombre de negocios dueño de una gran cadena de periódicos, emisoras de radio y de una vasta colección de arte que almacena en su humilde hogar, el castillo Xanadú, donde fallece. La personalidad de Kane dentro de la industria editorial evoluciona desde la idea de un servicio social, hasta la insaciable búsqueda de poder. Es un hombre conocido por todos y su muerte provoca una gran conmoción debida, en parte, a la última palabra que éste pronuncia antes de morir: "Rosebund". A partir de ahí la obra se desarrolla a través de flashbacks de la vida de Kane, originados por las entrevistas que un periodista realiza a los conocidos del magnate, en su afán de investigar el significado de esa última palabra.